Una aventura para toda la vida
Con la creación del primer equipo chileno profesional de rugby, los Selknam, dirigidos por el uruguayo Pablo Lemoine y con ayudantes de lujo como el ex Puma Federico Todeschini, el rugby chileno vive días de crecimiento. Aunque fue una inesperada cancelación la de la Súper Liga Americana, nuestros seleccionados demostraron estar a buen nivel frente a sus pares latinoamericanos. Pero ¿dónde se están preparando las futuras generaciones?
¿Cuáles son algunos de los sacrificios que jóvenes hacen fuera de su país para algún día vestir los colores de Chile en materia deportiva?
A nivel mundial existen muchísimas escuelas de rugby para jóvenes, colegios en Christchurch, Nueva Zelanda o en Londres, Inglaterra, que ofrecen a sus alumnos una educación completa donde el deporte es parte fundamental de su rama curricular. Grandes jugadores como Richie McCaw o Dan Carter han salido de estas escuelas y significan, para éstas, un gran orgullo. Pero ¿cómo se puede tener esta experiencia de entrenar, por ejemplo, en un club europeo?
En Chile existen empresas que ofrecen este servicio de intercambio deportivo y ya han sido muchos los jóvenes que han decidido salir del confort de sus casas y partir a la aventura.
Localmente, BIRA Rugby Academy, dirigida por el ex forestal y ex entrenador de Old Johns, Sebastián Berti, comenzó en 2015 llevando a un grupo de 12 niños a Irlanda a vivir a casas de locales y entrenar en el club de la ciudad.
“Con la experiencia de nuestra Academia, los chicos no solo aprenden de rugby y tienen sus entrenamientos diarios, sino que además aprenden inglés, aprenden a ser autosuficientes y autodisiplinados” recalca Berti.
Irlanda es conocido por su clima hostil; fuerte lluvias y noches frías hacen que entrenar sea muy duro y solo para fuertes de cabeza. Este es el caso de Matías Gianneti, ex jugador de Old Boys, quien en 2017 partió a entrenar a Wiklow, Irlanda, a sus 17 años. El joven full back recuerda sus primeros meses intensamente:
“Hacíamos físicos durísimos con Sebastián, corriendo en dunas en pleno invierno; me tomó tiempo adaptarme al estilo de entrenamiento y de juego. Pero era increíble, porque tenía a jugadores en mi equipo que ya habían sido llamados a las inferiores de Leinster. Además, teníamos un entrenador, ex seleccionado sudafricano, espectacular”.
Matías, quien terminó su 3ro y 4to medio en Irlanda, actualmente continua viviendo allá y está finalizando su primer año de Bachillerato, jugando completamente becado por la universidad a un altísimo nivel junto a algunos jugadores que ya han tenido experiencia profesional.
Para Sebastián Berti esto es una de las mejores cosas que se adquieren en este intercambio deportivo.
“Los chicos ahora pueden optar por hacer un trimestre o un año completo en un colegio en Irlanda y no sólo dos meses como era en un principio. Allí aprenden del sistema educacional europeo, viven con una familia local y desarrollan nuevas costumbres que los transforman en jóvenes más capaces e independientes. También siempre los llevamos a lugares históricos y museos además de los partidos del equipo local y, si tenemos suerte, alguno internacional ".
Otro caso interesante es el de los propios hijos de Berti, Lucas y Sebastián, quienes con solo 16 y 18 años ya están jugando en sus clubes en el más alto nivel:
“Para nosotros lo mejor ha sido conocer amigos nuevos y tener la posibilidad de poder jugar por las inferiores de Leinster que era nuestro sueño”.
Ambos jóvenes también juegan en su club en Chile y opinan que tener esta experiencia es fundamental para mejorar su rugby y ponerse a prueba con jugadores de mayor experiencia y así empezar a tomarse los entrenamientos y el rugby aún más enserio.
Aunque quizás no todos estos jóvenes continúen una carrera profesional, vivir esta aventura puede no ser sólo un sueño. Hoy, la posibilidad de hacer estos intercambios no es un imposible y está al alcance de quien quiera conocer una nueva cultura, vivir una experiencia rugbística, conocer amigos para la vida y empaparse de los valores que este deporte entrega.