Rugby: La evolución deportiva y la permanencia de los valores
El Rugby Unión es un deporte de 15 vs 15, de pelota, de contacto y de equipo. Pero la versión actual del juego, difiere bastante de lo que alguna vez crearon los ingleses.
El profesionalismo que partió a mediados de los 90, está golpeando las puertas de todas las federaciones alrededor del mundo y parece imposible resistirse a sus bondades aparentes. Es tal el crecimiento exponencial que ha tenido el Rugby en los últimos años que no hay otro deporte que en tan poco tiempo haya alcanzado todos los rincones del planeta invitando a hombres y mujeres a ser parte del juego. “Rugby is reaching out”… decía una propaganda de la antigua IRB y tiene toda la razón y lo puede decir gente en Lota, Lebu o Pemuco: El Rugby llegó y llegó para quedarse.
Ahora, desde el punto de vista del juego, todo es evolución constante. La suspensión de las competencias internacionales nos ha permitido volver a ver partidos de las distintas ediciones de los mundiales de Rugby y es notoria la diferencia y mejoras estéticas que tiene el deporte en ciclos cortos de 4 años. Hay cambios en la táctica, cambios en las destrezas técnicas, cambios físicos en los jugadores, cambios en el uso de la tecnología e incluso en el rigor del referato desde la perspectiva de la seguridad de los jugadores (penalizaciones graves en materia de tackle y Scrum, entre otros).
Pero entre tanto cambio orientado a mejorar el juego, ya sea en materia de seguridad para los jugadores o por el simple hecho de hacerlo más atractivo a nuevos televidentes, hay aspectos de nuestro deporte que se mantienen ahí, logrando sobrevivir a la constante búsqueda de lo nuevo, de lo mejor, de lo diferente, hablo de los Valores del Rugby.
“Mejores personas hacen mejores jugadores” Comenta a un medio argentino Keven Mealamu, Hooker que vistió en más de 100 ocasiones la camiseta de los All Blacks, selección que acuñó la frase mencionada por el jugador y la mantiene como una de las bases de su filosofía de mejora continua.
Que equipos como los All Blacks crean que los aspectos valóricos son prioritarios en la formación de buenos jugadores, nos plantea un tremendo desafío a nivel local; Qué estamos haciendo para que junto con formar jugadores, formemos personas?
En lo personal, me tocó vivir experiencias desagradables en mis inicios como jugador, hablo de unos 20 años atrás, donde por ejemplo me tocó vestir con orgullo una camiseta que tenía por escudo un Minero del Carbón, Oficio que tuvieron mi Bisabuelo, mi Abuelo y mi Padre. Pero mientras yo sentía que cargaba con el legado de más 150 años de historia de esfuerzo y emprendimiento de la zona del carbón, muchas veces sufrí burlas asociadas a mi ciudad natal, incluyendo una vez que al ganar la final de un cuadrangular, el capitán del equipo contrario no hizo el túnel porque “No quería darle la mano a los comunistas de Lota”.
Nunca me importó que me dijeran flaite, picante o cosas por el estilo, pero si me causaba rabia que me miraran en menos por ser lotino o por llamarme “Minero”, eso no lo aceptaba. Cada vez que me lo decían de forma ofensiva, me acordaba de las historias de mi familia cuando relataban la muerte de mi bisabuelo, Pedro Mardones, en las minas del carbón y como el pueblo se paralizó para despedir a uno de sus mártires. El apelativo barato me lo bancaba, pero que quisieran menospreciar mi identidad; No lo aceptaba y no lo acepto.
A propósito de lo anterior, creo que ése es el principal valor que podemos inculcar en nuestros jugadores; Identidad!!! Y qué es la identidad? Para mi es ese sentimiento de saber quién eres, tener la certeza de que estás en lugar correcto y con la gente correcta. La identidad es un motor que suena tan fuerte que no deja escuchar las excusas que grita tu yo interno cuando está lloviendo y es muy atractivo no ir a entrenar. La identidad hace que prefieras morir antes de ponerte la camiseta de ESE color. La identidad hace que estés dispuesto a poner la clavícula al servicio del equipo con un tackle salvador. La identidad permite que mantengas los pies en la tierra, incluso en el éxito. La identidad hace que quieras seguir jugando, aún cuando suenan los flaite, picante o comunista desde la galería.
Hoy que la vida nos está dando una tremenda lección de humildad, donde lo que era cotidiano se ha transformado en un lujo, debemos volver a las bases de nuestro deporte. No sé cuánto tiempo más estemos sin jugar, pero cuando volvamos a una cancha no nos privemos de ninguno de los aspectos que hacen que el Rugby sea tan particular, siendo el más importante de ellos, la ya mencionada frase: “Buenas personas hacen buenos jugadores”.